TERAPIAS ANTROPOSÓFICAS
Euritmia curativa
La euritmia curativa es una determinada modalidad de euritmia, también practicada en la pedagogía y en el escenario. La denominación euritmia procede etimológicamente del griego ab (eu= bello) y significa traducido “el bello ritmo”. Como “bello” la concordancia de lo interno y externo, cuando eventos internos son representados en movimientos externos o cuando por el contrario cuando el movimiento externo es vivenciado internamente.
La euritmia curativa utiliza el habla, las gesticulaciones y la música, las cuales son llevadas a un movimiento articulado. Cada consonante o vocal suponen un movimiento: para la A los brazos se abren ampliamente y hacia arriba, hacia delante o hacia abajo son impulsados; para la O los brazos forman un gran círculo, manteniéndose las manos a la altura del pecho; en el caso de la E se sitúan los brazos con ambas manos entrecruzadas.
Las consonantes se asocian primordialmente a movimientos, la D por ejemplo con un gesto hacia delante, la R con círculos de los brazos de arriba hacia abajo, la G con movimientos de estiramiento de los brazos.
Los euritmistas curativos seleccionan según el cuadro clínico diagnosticado los sonidos y gestos adecuados y se practican intensivamente junto al paciente, con el fin de obtener los efectos terapéuticos deseados.
El fin consiste en apelar a las fuerzas formativas del cuerpo, perdidas por el proceso de la enfermedad, o también reequilibrar procesos vegetativos o funciones orgánicas.
Así los movimientos eurítmicos efectúan una interacción de movimiento externo e interno, de los procesos vitales funcionales del organismo. Con ello se entiende la euritmia curativa como remedio terapéutico equivalente a un remedio de movimiento.
Los ejercicios de euritmia se realizan con todo el cuerpo así como con brazos y manos, piernas y pies junto a saltos y pasos. Los movimientos se adaptan al estado del paciente: también es posible practicar euritmia sentado o tumbado, especialmente con pacientes graves o tratados en servicios intensivos.
Los ejercicios actúan estimulando, fortaleciendo o regulando sobre todo los procesos rítmicos del organismo, especialmente circulatorios y respiratorios, pero también metabólicos, movimientos generales y equilibrio. Ya que los órganos se relacionan con el resto del organismo a través de circulación y respiración, así alcanza la euritmia curativa toda la organización del movimiento así como las funciones orgánicas individuales, los componentes anímico y espiritual en la persona.
En la “E” eurítmica ambos brazos se entrecruzan con fuerza. Paso en tres fases: los pies son elevados conscientemente con lentitud, sobre el suelo y sobre los dedos de nuevo asentados. Esto lleva al reequilibrio y estabiliza el ritmo. La gesticulación retenida impresiona la concentración hacia el interior. Dialogo con cuatro manos: en el intercambio rítmico de dar y recibir se reciben y se dan dos esferas de cobre de mano a mano. Con ello se armonizan y tranquilizan pulso y respiración.