LA MEDICINA ANTROPOSÓFICA

Fascinación y retos

Los enfermos acostumbrados a una medicina basada en la maquinaria tecnológica experimentan una fascinación notable ante la actitud de dedicación personal tan intensa que emana de un médico antroposófica. Se dan cuenta del respeto e interés que es justamente el trato que deseaban recibir en su condición de enfermos. Entonces se inclinarán a colaborar en la aplicación de los procedimientos terapéuticos que constituye, en resumen, la actitud que se les pide. Es conveniente aclarar en esta cuestión que la actitud de abierto interés que manifiesta el médico que se dirige al paciente en el marco de su consultorio, no es una pose impuesta sino un componente del arsenal con el que trabaja. Ha de captar lo mejor posible al ser humano en toda su complejidad a fin de de poderlo tratar adecuadamente.

Constituye una exigencia profesional a la que aspira el doctor antroposófico y que le conduce a la elección, dentro de la amplia gama de técnicas ya sean convencionales o no, de cuál es la indicada para el tratamiento. De ahí que la libertad terapéutica sea un bien valioso e irrenunciable.